lunes, 18 de febrero de 2019

MUJERES EN LA CIENCIA Rita Levi Moltalcini

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RITA LEVI MONTALCINI

Nacida en Turín, fue la menor (junto con su hermana gemela Paola​) de cuatro hijos de una familia sefardí. Su padre, Adamo Levi, bien dotado para las matemáticas, era de profesión ingeniero electrónico y su madre, Adele Montalcini, pintora con gran talento. Su hermano mayor, Gino, falleció a causa de un ataque al corazón en 1974. Fue uno de los arquitectos italianos más conocidos, profesor también en la Universidad de Turín. Rita Levi-Montalcini tuvo otras dos hermanas: Anna, cinco años mayor y Levi-Montalcini, artista plástica muy conocida, que falleció el 30 de diciembre del 2012, a los 103 años. ​ Trabajó en una panadería para costearse los estudios hasta 1929, a pesar de su alergia a la levadura. Haciendo caso omiso a las exigencias paternas de no estudiar y de ser en cambio buena madre y esposa, en 1930 se matriculó en la Facultad de Medicina de Turín. Se graduó con la máxima calificación en 1936 y se doctoró en neurocirugía. Además también trabajó como ayudante del famoso histólogo italiano Giuseppe Levi hasta que en 1938 Benito Mussolini publicó el Manifesto per la Difesa della Razza que prohibía a toda persona judía acceder a alguna carrera académica o profesional. En el transcurso de la Segunda Guerra Mundial, montó un laboratorio en el dormitorio de su propio hogar, donde estudiaba el crecimiento de las fibras nerviosas en embriones de pollo, lo que le sirvió como base para futuras investigaciones. En 1943 se trasladó con su familia y su laboratorio a Florencia para refugiarse del nazismo. En 1945 volvieron a Turín. En septiembre de 1946 aceptó una invitación de la Universidad Washington en San Luis, bajo la supervisión del profesor Viktor Hamburger. Aunque en un principio la estancia tenía que ser por un solo semestre, se quedó 30 años. Fue allí donde hizo su trabajo de mayor importancia, acerca del factor de crecimiento nervioso, por el que acabaría recibiendo, junto a Stanley Cohen, el premio Nobel de Medicina. Su trabajo con Cohen sirvió para descubrir que las células sólo comienzan a reproducirse cuando reciben la orden de hacerlo, orden que es trasmitida por unas sustancias llamadas factores de crecimiento. Se hizo profesora en 1958 y en 1962 estableció una unidad de investigación en Roma, y tuvo así que dividir su tiempo entre Roma y Saint Louis. De 1961 a 1969 dirigió el Centro de Investigación Neurobiológica de Roma y de 1969 hasta 1978, el laboratorio de biología celular. En 1986 fue galardonada, junto al bioquímico Stanley Cohen, con el premio Nobel de Fisiología y Medicina por el descubrimiento de los factores de crecimiento nervioso; éstos fueron uno de los primeros que se descubrieron en el mundo animal. Ese mismo año había conseguido, también junto a Stanley Cohen, el premio Lasker de Investigación Médica Básica. Sus hallazgos han sido fundamentales para la compresión de los mecanismos de control que regulan el crecimiento de las células y los tejidos, permitiendo, a su vez, un mayor entendimiento de las causas de ciertos procesos patógenos como los defectos hereditarios y las mutaciones degenerativas. Levi-Montalcini fue la cuarta mujer que consiguió un Premio Nobel. Publicó un libro autobiográfico titulado Éloge de l'imperfection (1988); entre sus publicaciones científicas destacan NGF: apertura di una nuova frontiera nella neurobiologia(1989) y Il tuo futuro (1994). Desde ese momento los premios por su carrera le llovieron. Además, entre sus méritos pudo contar con tres doctorados honoris causa, expedidos por el Politécnico de Turín, la Universidad Complutense de Madrid y la Universidad Mc Gill. También fue nombrada senadora vitalicia en su país natal, en el que años después de que se le negara formarse por causa de su religión, se había convertido en una verdadera heroína. Y desde luego lo fue, pero no sólo por sus contribuciones a la ciencia, pues Rita Levi-Montalcini fue también una gran defensora del feminismo, una mujer a la que no le importaba que le preguntaran una y otra vez por qué nunca se casó; ya que siempre contestaba lo mismo: yo soy mi propio marido. Murió en su casa de Roma el 30 de diciembre del 2012, a los 103 años de edad.






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